Cuando se banaliza el sexo y se desvincula del matrimonio, deja de tener sentido la consideración de la violación como delito penal

La revista del Arzobispado de Madrid, presidido por el jefe del episcopado español, Antonio María Rouco Varela, asegura en su edición de hoy que “banalizar” el sexo, “disociarlo” de la procreación y “desvincularlo” del matrimonio” hace que pierda “sentido” la tipificación penal de los delitos de agresión sexual. En un artículo titulado “La violación, ¿fuera del Código Penal?” el redactor jefe del semanario, Ricardo Benjumea -el mismo que acusó al ex ministro Bernat Soria de corrupción de menores por sus campañas fomentando el uso del preservativo-, lamenta que se dispense sin receta la llamada píldora del día después porque ello induce a la “deshumanización de la sexualidad que promueve el Gobierno”, es decir, a que se conviertan “las relaciones sexuales en simples actos para el gozo y el disfrute”. Al parecer, para Benjumea no es delito violar sino disfrutar del sexo.

El gacetillero jefe de Rouco empieza su artículo pidiendo disculpas, pero enseguida dispara: “Nada más lejos de mi intención que frivolizar con la violación. Pido disculpas a quien así lo ha entendido. La cuestión es: reducido el sexo a simple entretenimiento, ¿qué sentido tiene mantener la violación en el Código Penal? ¿No debería equipararse a otras formas de agresión, como si, por ejemplo, obligáramos a alguien a divertirse durante unos minutos? ¿Por qué tanta disparidad en las condenas? No es demagogia”.

En resumen, según el semanario de Rouco “cuando se banaliza el sexo, se disocia de la procreación y se desvincula del matrimonio, deja de tener sentido la consideración de la violación como delito penal. Ése es el ambiente cultural en el que vivimos y, sin embargo, la inmensa mayoría de españoles consideraría una aberración que se sacara la violación del Código Penal, aunque a sólo cien metros uno tuviera una farmacia donde comprar sin receta la pastillita que convierte las relaciones sexuales en simples actos para el gozo y el disfrute”. “Esa hipotética indignación es un motivo de esperanza, porque demuestra que la deshumanización de la sexualidad, que promueve el Gobierno, todavía no ha llegado a un punto de no retorno”, concluye.

Vaya, vaya, vaya con los obispos degenerados estos. A ver si lo he entendido: si una chica hace el amor con su novio o marido y usa métodos anticonceptivos, pues no les da la gana tener hijos en ese momento, o tan sólo están follando por diversión, como hacemos todas las personas normales, entonces están desvirtuando el sexo y el matrimonio. Por lo tanto, que no se queje si la violan, pues en realidad se está divirtiendo.

¿Dónde queda el derecho a elegir de la mujer con quien quiere o no "divertirse"? ¿quien es el obispo para decirle a la mujer con quien se puede o no divertir? Fijaros con qué naturalidad imponen su moral y totalitarismo inquisitorial a las mujeres. Hace unos años las quemaban por brujas, hoy les dicen cómo y con quien divertirse... menospreciandolas de una manera brutal.

Todo esto es aberrante, aberrante, aberrante... parece mentira que estemos en el siglo 21, escuchando a la iglesia católica Española.

Hace un par de días, ya tuvimos en este blog un comentario parecido de un enfermo llamado Harto. Pero esto lo está diciendo la Iglesia en su gacetilla. Estas declaraciones, junto a las del Cañizares proclamando que el abuso a menores no es tan malo como el aborto, sumado a la demagogia y maldad con la que la derecha está utilizando y azuzando la crisis contra todos los Españoles para llegar al gobierno, nos muestran que la derecha ha abierto la caja de Pandora del nacional catolicismo más delirante y totalitaro. Ya no ocultan lo que son ni de dónde vienen.